La crisis de los combustibles se pone seria
Los pescadores no pueden más; les sale más caro salir a pescar que quedarse en tierra. Con lo cual, en Galicia y Andalucía se están manifestando con toda la razón y están regalando pescado como protesta ante la situación. ¿Qué pueden hacer desde el Gobierno? Por lo pronto, reunirse con sus homólogos de Europa para buscar una situación, porque evidentemente es una crisis a nivel mundial. Los pescadores echan la culpa al gobierno, claro está, porque piden ayudas y subvenciones y recortes en los impuestos; pero no se dan cuenta de que el gobierno no es todopoderoso. Que de donde no hay, no se puede sacar. Creo que si estuviese en sus manos, atajarían esta crisis, ya que no conviene a nadie.
Lo peor es que esta crisis no depende del gobierno de España, sino del mundo tal como está planteado. ¿Y quién gobierna el mundo? ¿EEUU? ¿La ONU? ¿La OTAN? ¿Greenpeace? ¿A quién pueden pedir cuentas los pobres pescadores y los transportistas? ¿A quién podemos culpar los demás? Creo que solo a nosotros mismos, que somos los que compramos coches, los que no reciclamos, los que derrochamos plásticos, los que consumimos sin control... pero es que el ser humano está condenado a desaparecer por sus propios medios.
La única esperanza que queda es que nosotros nos quedaremos sin comer pescado una temporada -en el mejor de los casos- y los pececillos organizarán una fiesta marina y podrán disfrutar de la libertad que da el no ser carnaza para los humanos.
viernes, 6 de junio de 2008
Crisis en las pescaderías, alegría en el mar
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JOSÉ TOMÁS O EL OPIO DEL PUEBLO
La España más panderetera y folclórica se rinde ante su último héroe taurino
Y luego nos quejamos de que nos señalen con el dedo los países desarrollados y nos digan que aquí solo pensamos en toros y en castañuelas. Pues claro que es así, ¿quién no se ha dado cuenta todavía? ¿Quién se atreve a pensar en una España que no adore a ídolos de barro?
Estamos deseando que de las entrañas y de la esencia más española, como son las cuestiones taurinas -entre otras tantas de tufo retrógrado y desagradable-, resurja un mito como el de Manolete. Para endiosarle por sus faenas, por sus corridas y por sus amoríos.
Es lo puramente español; a nosotros esto es lo que nos gusta. Diferenciarnos del resto del mundo por algo ruin, mezquino y paleto. Los toros. Eh, que nosotros tenemos héroes de los de verdad, no como los actores de Hollywood, que solo matan de mentira. Nuestro José Tomás mata con un arte que no se pué aguantar. Y corta cuatro orejas. Y le sacan por la puerta grande. Y hay una conmoción en la plaza con el rey y la infanta Elena a la cabeza -no se me ocurriría mejor evento para colocar a estos dos.
Y los periódicos y las tertulias de la tele, que nunca hablan de toros, se hacen los entendidos y lo ponen por las nubes. El entusiasmo se contagia, y todos adoran a José Tomás porque ha matado a un toro con un arte increíble. También hay asesinos que matan con grandes artes, y nadie dice nada, y ni siquiera tienen fans. Pero claro, oh, dios mío, es que son seres humanos. No se puede comparar. Aquí, el campeón de los héroes españoles, ha matado a un toro. ¿Qué es un toro? Un ser vivo sin importancia. O bueno, mucha importancia. Claro. Es el animal que más dinero da en España. Seguro. Y que más noticias de cotilleo produce; que si el torero tal se acuesta con la tontalaba cual -porque nunca son chicas inteligentes, por supuesto.
Pero lo que más me crispa es escuchar a una periodista de la talla de Concha García Campoy decir, "yo, que no soy muy taurina... reconozco la valía de este torero...", con unos ojos de cordera degollada. Por favor. Pero, ¿cómo dices? ¿Que no eres muy taurina? ¿Qué signifca eso? O eres taurina, o no eres taurina. NO se puede ser poco taurina o no muy taurina. Es como ser un poco defensor de la pena de muerte, o no muy heterosexual.
A la gente se le ha ido la cabeza con este tema del José Tomás. Se les cae la baba porque es un torero republicano. Qué gran proeza. Además de matador está contra el rey. Pues yo no me alegraría demasiado si fuera el rey al ver cómo este señor se carga a un toro con tanto ímpetu, fuerza y odio.
En fin, que no pienso poner una foto de este torero que para mí está a la altura de cualquier maltratador o asesino en serie. Sino una fotingo de mi Alaska reivindicando el fin de esta fiesta obsoleta y fascista, que muy a mi pesar llaman nacional.
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