No sé aún por qué la mayoría de la población prefiere apestar -y que les apesten- a desodorantes con olor a raticida antes que a sudor. El sudor rancio de varios días es horrible, claro está. Pero el sudor que pueda poseer un ser humano por la mañana es natural y fresco.
Es evidente que existen buenos desodorantes, de los que no huelen a nada. Pero los que te abofetean y se queda su olor en la nariz y la laringe para todo el día, no deberían ser legales. Creo que están equivocados aquellos que se echan este tipo de mejunges venenosos contaminando su entorno. Viva el sudor natural.
viernes, 30 de mayo de 2008
Los desodorantes
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